Cómo fue aquella primera Copa del Mundo Uruguay 1930 que la final se jugó con dos balones, uno que presentaron los finalmente campeones charrúas y el otro del finalista Argentina.
Los primeros 45 minutos se desarrollaron con el esférico de los pamperos y el segundo periodo con el de los anfitriones, ambos diferentes. Uno de ellos el "Súper T", formado por 12 gajos en forma de la letra "T", y el otro con el mismo número de gajos rectangulares.
Fueron iguales al ser de cuero, con una vejiga de hule inflable que llenaba de aire a todo pulmón una persona especializada para hinchar dicho esférico.
Eran cosidos a mano y ambos tenían una abertura por donde se internaba la vejiga de hule y se cerraba; el "Súper T" mediante seis ojales en cada lado y el otro con cinco mediante una correa del mismo cuero.
Dichos balones perdían su redondez y era tan dura su costura que algunos jugadores disputaron la final con boina para disminuir un poco el dolor del impacto en la cabeza, como lo hicieron el portero y un defensa argentino.