Nicaragua registra un deterioro en la calidad de los alimentos que ingieren los sectores pobres de su población, lo que ha causado desnutrición y obesidad, responsables de enfermedades crónicas, según una investigación divulgada hoy aquí.
El alto consumo de grasas, harinas y azúcares en las zonas urbanas también ha llegado a las rurales, afectando la tradicional alimentación del campo, reveló el estudio "Desafíos desde la seguridad alimentaria y nutricional en Nicaragua".
La investigación fue realizada por la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Centroamericana (UCA) en Managua, informó el noticiero del Canal 15.
La desnutrición en Nicaragua afecta a 20.1 por ciento de la población del país (1.18 millones de personas), según la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Las familias de Nicaragua destinan 67.8 por ciento de sus ingresos a alimentos, 4.1 por ciento a salud, 2.3 por ciento a educación y 0.1 por ciento a alcohol y tabaco, según el estudio.
De 1977 a 2007, los nicaragüenses disminuyeron el consumo de frutas, hortalizas y legumbres de 6.0 a 1.9 por ciento, mientras que el consumo de leche cayó de 7.6 a 5.7 por ciento.
Los frijoles, arroz y maíz son la base de la alimentación diaria, por lo que su consumo se ha mantenido en un promedio de 55 por ciento.
El consumo de cereales y aceites "sigue creciendo", lo que ocasiona más casos de obesidad en sectores pobres, ya que su dieta está basada en azúcar, aceite, arroz, frijoles, pan dulce y harinas procesadas, indicó Óscar Neira, uno de los autores del estudio.
El análisis advirtió además que las bebidas gaseosas, las frituras y las comidas "chatarra" abundan en todos los rincones del país, con precios bajos que atraen a los consumidores.
De los 5.6 millones de habitantes que tiene Nicaragua, 42.5 por ciento vive en la pobreza y de ese sector el 14.6 por ciento se encuentra en pobreza extrema, de acuerdo con los datos de la encuesta nacional de medición de vida de 2009.